"La Plata no descarta": cómo es el proyecto para regular los plásticos de un solo uso - Pulso noticias

2022-10-26 15:39:09 By : Mr. Hunter Huang

Era una ciudad de plástico De esas que no quiero ver De edificios cancerosos Y un corazón de oro ver Donde en vez de un sol, amanece un dólar Donde nadie ríe, donde nadie llora Con gente de rostros de poliéster Que escuchan sin oír y miran sin ver Gente que vendió por comodidad Su razón de ser y su libertad

(Fragmento de la canción “Plástico”, de Colón y Blades)

En 1978 el talentoso músico panameño, Rubén Blades, junto a un experimentado trombonista, Willie Colón, lanzaron el disco de salsa “Siembra”. Ese trabajo fue un antes y un después en ese género musical, no sólo por el ritmo de sus canciones sino por el alto contenido social y político de sus letras.

El primer corte del disco se llamó “Plástico”, una pieza de colección que contiene una profunda crítica al capitalismo, el consumismo y la frivolidad de la sociedad moderna, además de un llamado a reivindicar la identidad de los barrios de Latinoamérica.

El término “plástico” estuvo mucho de moda en los setenta y los ochenta como metáfora del materialismo, la superfcialidad humana, de todo lo que careciera de conciencia social. Los críticos catalogaron a la obra de Blades y Colón como “salsa consciente”.

Vasos, botellas, cepillos de dientes, bolsas, ropa, juguetes, cosméticos, recipientes de todo tipo, packaging y envoltorios innecesarios de distinta clase de alimentos, todas ellas y muchas más de las cosas que nos rodean y con las que convivimos a diario están producidas parcial o totalmente con plástico. La mayoría de estas tienen una funcionalidad efímera pero permanecen en nuestro planeta por mucho tiempo.

Según Naciones Unidas, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico en todo el mundo y el 50% de los plásticos que consumimos es de un solo uso. Además, pese a que se trata de un material que podría reciclarse y reutilizarse unas 20 veces, el 90% termina siendo parte de nuestros residuos sin ningún tratamiento.

Tan sólo una de ese millón de botellas que son adquiridas por minuto tarda 450 años en degradarse, pero debajo de la tierra puede permanecer mucho más tiempo. El joven científico argentino, Jerónimo Batista Butcher, elegido como uno de los 100 líderes del futuro por la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts, así lo gráfica: “Si Cristóbal Colón hubiese llegado a nuestras tierras con sus marineros, en 1492, tomando con botellas de agua mineral, esas botellas hoy seguirían entre nosotros”.

Batista Butcher desarrolló una máquina que fabrica vasos biodegradables a base extractos de algas, cuya vida útil es de dos semanas, con el objetivo de reempalzar los vasos descartables. “Sucede que el plástico nunca termina de biodegradarse, no se reintegra a los ciclos de la naturaleza sino que se va descomponiendo en partes cada vez más chicas”, detalla al momento explicar su desarrollo.

El plástico es un material relativamente nuevo, su inicio podría fijarse en los primeros años del siglo XX. Aunque su producción fue creciendo exponencialmente, a tal punto que en los últimos 10 años se produjo más plástico que en todo el siglo pasado.

Un grupo de científicos liderados por Roland Geyer, de la Universidad de California en Santa Bárbara (EE.UU.), calcularon la cantidad generada de este material desde los inicios de su producción industrial intensiva, hace 65 años. El resultado fue de 8300 millones de toneladas, una cifra equivalente al peso de mil millones de elefantes.

Más del 70% de esa producción se encuentra ahora en los flujos de desechos y en los océanos. Se calcula que, a este ritmo, para el año 2050 va a haber más plásticos que peces en los océanos. “Hay suficientes restos de plástico en el mundo para cubrir un país entero del tamaño de Argentina”, dijo Roland Geyer para dimensionar la problemática.

Como corolario de ello, más de 800 especies de animales marinos están afectadas por estos residuos, y de acuerdo a estudios científicos estamos consumiendo plástico a través de los alimentos y el agua, bajo efectos aún desconocidos. Se estima que cada persona ingiere 5 gramos de plástico por semana, lo que equivale a una tarjeta de crédito.

Cada argentino genera en promedio más de 1 kg de desechos por día y existen más basurales que municipios en el país. En Argentina se generan al año más de 2.7 millones toneladas de residuos plásticos, pero solo el 7% se trata a partir de alguna forma de reciclaje o transformación. El resto permanecerá durante miles de años en nuestro planeta y fundamentalmente en los mares.

Para cambiar el actual escenario no alcanza sólo con las acciones de ONGs y las advertencias de los científicos, sino que son necesarias un conjunto de políticas públicas orientadas a la reutilización del plástico, así como a la sustitución del mismo por otros materiales.

En ese camino se encuentra el Consejo Ambiental Platense (CAP), una organización integrada por distintas agrupaciones ambientalistas de la ciudad, desde donde se promovió (a fines del 2021) un  proyecto de ordenanza que busca reducir progresivamente la utilización de plástico de un sólo uso en la ciudad, junto a la campaña de comunicación y concientización “La Plata no descarta”.

“En el camino a poder tener una ciudad sostenible, que es nuestro objetivo como ONG en la ciudad, nos empezamos a juntar con otras organizaciones ambientales de La Plata y con Gastón Crespo, que era concejal en ese momento y presidente de la comisión de Medio Ambiente, y formamos el CAP para pensar como poder hacer una ciudad más sostenible”, comenta a Pulso Noticias, Guillermina Libardoni, coordinadora de Eco House La Plata.

Con ella dialogamos acerca del proyecto formulado desde el CAP, las expectativas respecto de su avance y las responsabilidades de la ciudadanía y de las autoridades del Municipio para que pueda llevarse a la práctica.

“La contaminación por el plástico es una de las principales causas de la crisis climática, es algo totalmente evitable y muy fácil de cambiar. Es simple, las soluciones están, lo que hay que hacer es tomar acción. Por eso empezamos a pensar e idear una campaña que acompañe un proceso para regular los plásticos de un solo uso en la ciudad. La campaña se enmarca dentro de una ONG que se llama ‘Argentina no descarta’, que acompaña a municipios a hacer esta transformación para buscar alternativas sostenibles al plástico de un solo uso, entonces ideamos ‘La Plata no descarta’, explica Guillermina.

“La campaña ‘La Plata no descarta’ tiente tres puntos. El primero, impulsar una ordenanza que regule los plásticos de un sólo uso en la ciudad. Segundo, acompañar a los comercios para que pueden tener alternativas sostenibles. Y el último punto es acompañar esta ordenanza con una campaña de concientización tanto para los ciudadanos como para los comercios y visibilizar la ordenanza. Concientizar implica entender el por qué, cuál es la importancia, para que se produzca la trasformación y perdure en el tiempo”, detalla.

Según se señala en la propuesta legislativa (que tiene un apoyo de más de 15.000 firmas en la plataforma change.org), los objetivos principales del programa son lograr la regulación y eliminación de la utilización, distribución, comercialización y entrega de bolsas, cubiertos, platos, vasos, revolvedores y sorbetes de plástico de un solo uso; así como también brindar información y herramientas a los comercios para que puedan ofrecer alternativas sustentables, como utensilios y vasos reutilizables o envoltorios compostables.

También se indica que la medida está pensada para aplicarse de manera progresiva, a partir de los 180 días de su entrada en vigencia; propone un régimen de beneficios fiscales hacia los comercios para promover la aplicación de la ordenanza y alentar a su cumplimiento. A su vez, solicita al Municipio diseñar e implementar un Programa específico con el objetivo de abordar la problemática de la contaminación ambiental por plásticos y desarrollar una política pública para la educación y sensibilización de la comunidad.

Asimismo, exige al Ejecutivo Municipal instrumentar un plan de estímulos, reconocimientos e incentivos tributarios para promover la fabricación de bienes alternativos al plástico de un solo uso, que sean biodegradables y no contaminantes; las compras por parte de Organismos Públicos y sus proveedores a las empresas que diseñen, fabriquen o comercialicen productos de bajo impacto ambiental certificado; a quienes realicen la recuperación y reciclado de plásticos de todo tipo y a la inversión en Programas de Responsabilidad Social Empresaria con el objeto de reducir el uso de plásticos, su reemplazo o reciclado.

Para Guillermina Libardoni “cada elemento puede tener una alternativa, hay proveedores de vasos y bandejas hechas con fécula de maíz o que son compostables, son biodegradables y no están compuestas por derivados del petróleo que es lo que a la larga termina haciendo daño al planeta. Nosotros elaboramos una lista de proveedores sustentables que es de libre acceso”.

Pese a ello señala con preocupación que “hoy hay muy pocas personas en la ciudad que hacen la separación de residuos y de esas personas hay muy pocas que pueden darle un destino seguro porque a veces el sistema de recolección de residuos no funciona correctamente ni las personas tienen toda la información al alcance”.

“Falta mucho trabajo desde todos los actores, hoy solamente el 30% de lo que recibe una cooperativa dentro de una bolsa verde puede ser realmente reciclado, estamos separando mal los residuos”, afirma.

El proyecto fue analizado en los últimos días por la comisión de Medio Ambiente del Concejo Deliberante en un diálogo con los representantes del CAP. Según conoció este medio, los concejales mostraron buena predisposición para que la propuesta pueda avanzar.

“La idea es que también el Municipio pueda incentivar esta acción. Esperemos que el gobierno local esté a la altura de las circunstancias en el marco de esta crisis climática a nivel mundial. Necesitamos de todos los platenses y del Municipio para hacer el cambio”, concluye Libardoni.

Periodista - Papá primerizo y asador de departamento. Walter Amori nació en Villa Ramallo, en 1983, pero ya lleva más años transcurridos en La Plata que en su ciudad natal. Se recibió de Licenciado en Comunicación Social en la UNLP, lugar donde además fue docente de Opinión Pública. En la capital bonaerense trabajó en prensa institucional y desarrolló tareas periodísticas en medios privados y públicos. Desde 2018 forma parte de Pulso Noticias. Anda en eso de ver de qué se trata la vida después de empalmar paternidad primeriza y dos años de pandemia. Tiene una parrilla en el balcón con poco uso.

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